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miércoles, 16 de mayo de 2007

Cuidado con las Traducciones Literales

Como les comente anteriormente, estoy tomando un diplomado en traducción de documentos para afianzar mis conocimientos. En el primer módulo nos han puesto a analizar traducciones de diferentes medios, y Dios mío se están cometiendo muchos errores sobretodo de traducción literal. Lo que me dejo pasmada fue ver que este tipo de traducción está siendo publicada en diversos medios de comunicación llámense periódicos y revistas. No voy a mencionar nombres, pero si les voy a dar un par de ejemplos ilustrativos.
Ejemplo No. 1:

Versión en Español
Esta nueva línea ofrece la calidad y la sofisticación propia de Carolina Herrera, con un estilo actual y cosmopolita que consigue captar a un público más diverso.

Versión en Inglés
This new line of personal quality and sophistication by Carolina Herrera allows her to completely captivate a more diverse target.

Ejemplo No. 2
Versión en Español
La limpieza facial es una excelente opción para la mujer activa que le gusta tener un rostro fresco, ya que a través de la misma podrá obtener un rostro descansado que le permita enfrentar el maquillaje diario y el stress físico al cual se ve sometida la mujer de hoy.


Versión en Inglés
The facial cleansing is an excellent option for the active woman that likes to have a fresh face ad through this obtain a relaxed face ready to take on the daily wear and tear of makeup and physical stress that a woman deals with every day.

Ven los errores.

Palabras con sabor a Panamá


El Profesor Rodolfo De Gracia ha realizado una excelente investigación, la cual ha dado como fruto el libro denominado "El rumbo de nuestras palabras".
Su investigación inicio hace tres años, y la misma hará que Panamá deje de estar a la cola, como uno de los países que menos palabras tiene registradas en el Diccionario de la Real Academia Española, DRAE.
El Prof. de Gracia. descubrió que más palabras de las que aparecen en el DRAE deberían llevar la marca Panamá. Aunque no sean términos de uso exclusivo entre los panameños y sean compartidos con los hablantes de otros países.
Entre ellas podemos mencionar las siguientes palabras exclusivas de los panameños (esto quiere decir que sólo nosotros las usamos con el significado que le damos aquí) están: "bochinche", "bocacho", "birrioso", "cují", "chaquira", "cantadera", "carilimpio", "bollo", "atracón", "aperrear", aguelasón", "congo" y "tamborito" (con las dos connotaciones, el baile y le formó un tamborito o sea un problema). También podemos mencionar "vidajenear", que, aunque no somos los únicos que lo practicamos, sólo nosotros usamos esa palabra con la connotación de meterte en lo que no te incumbe, de andar averiguando qué hacen y dejar de hacer para luego andar con el "bochinche", término que también es un panameñismo.
Igualmente tienen la marca Panamá "rambulería", "pollera", "ñampear", "membretar", "guaricha" y "paquetazo" (ambas connotaciones, la de fraude electoral y la de robo).
Según el Prof. de Gracia, esto de seguirle la pista a las palabras lo empezó en 2003, estando en España. Quería seguirle la pista a los 224 términos que llevan la marca Panamá y más que otra cosa lo movió el interés por saber si nada más los usamos nosotros. Aprovechó el mejor banco de datos que hay en Español, que es el que está en la Real Academia Española. Allí aparece consignado un gran número de diccionarios de los diferentes países y le sirvió para cerciorarse si las palabras nuestras se utilizaban en otras naciones o si el Diccionario de Panameñismos de Baltazar Isaza Calderón había sido el primero. Y resulta que en algunos casos sí. En otros, ya las palabras con el significado que le damos los panameños aparecían en otros diccionarios, como en el del mexicano Francisco Santamaría (1942), el del español Sebastián de Covarrubias Horozco y el del argentino Augusto Malaret (1946).
Asimismo, para escribir "El rumbo de nuestras palabras", el Prof. de Gracia se documentó leyendo obras de autores locales que se han dedicado a los panameñismos, como Baltazar Isaza Calderón, Luisita Aguilera, Gil Blas Tejeira (El Habla del Panameño), Ángel Revilla, Joaquina Pereira de Padilla, Martín Jamieson y Elsie Alvarado de Ricord (quien se dedicó a recoger información lexicográfica). Igualmente, se leyó todos los boletines de la Academia Panameña de la Lengua, desde su fundación en 1926.
Con estos resultados la Academia podrá actualizar el registro de voces panameñas que debería crecer enormemente porque Panamá es uno de los países que menos registros tiene (sólo 224), en comparación con otros como Costa Rica (817), Colombia (1256) y Honduras (1950).

Fuente Diario Panamá América

lunes, 14 de mayo de 2007

Los Errores de Español

Después de una brillante clase con la profesora Nilda de Justavino en el Diplomado de Traducción que estoy tomando quedé con tantas interrogantes en cuanto a nuestro manejo del Español. Definitivamente me he dado cuenta que es frecuente olvidar las reglas del idioma y por ello no cometemos errores sino horrores.
Por ellos quiero compartir con uds. este excelente artículo que encontre navegando en la red.
Muchísimas gracias Sr. Salabarría!!

Los Errores de Español
por Max Salabarría Patiño*
Colaborador


Son innumerables los errores de español que se cometen en Panamá frecuentemente. Voy a referirme a algunos de los más generalizados: La la expresión "lo que es"; la más fastidiosa muletilla de los noticiarios (ojo: noticiarios) de la radio y la televisión. Si en vez de, por ejemplo, "Las lluvias inundaron lo que es el centro de la ciudad", dijeran "Las lluvias inundaron el centro de la ciudad", se darían cuenta, quizá, de cuán inútil es la frasecilla de marras.
Como si se tratara de una epidemia, casi todos en este país está usando "lastimosamente" en reemplazo de "lamentablemente", que es como debe decirse con respecto al sentimiento de pena, contrariedad o arrepentimiento. "Lastimosamente" es otra cosa: dice relación a lástima, entendida esta palabra no como interjección, sino como sentimiento de conmiseración.
Muchas personas, con inclusión de gente considerada culta, adquieren la mala costumbre de repetir palabras que oyen, sin analizarlas; de suerte que, por el afán de decir lo que otros dicen, no siempre dicen lo que quieren decir. Tómese como ejemplo la frase "cualquier cantidad de", que hoy está hasta en la sopa. No advierten quienes la usan, que el adjetivo "cualquier" le quita a la palabra "cantidad" la connotación de abundancia, cuando es precisamente eso lo que se quiere dar a entender.
La falta de concordancia ha hecho mella en la forma de hablar y escribir de muchos, sin atisbos de remedio. Ahí está, por ejemplo, la oración "La medida es de tipo o carácter antidemocrática", en cuya construcción se pierde de vista que el adjetivo debe concordar en género y número con "tipo o carácter" y no con "medida". De igual naturaleza es la expresión "televisor de veintiún pulgadas". A nadie le oigo decir "veintiuna pulgadas", como corresponde. A propósito, tengo años de estar escuchando a los locutores deportivos decir (valgan los ejemplos) "veintiún bases robadas", "treinta y un carreras impulsadas", "cuarenta y un veces al bate". Ojalá no les dé por hablarnos un día de estos, de "Las mil y un noches".
En los medios de comunicación se suele usar cantidad de palabras con significados que no tienen; por ejemplo, le dan a "prístino" el significado de claro, transparente, cuando en realidad quiere decir antiguo o primitivo. En vez de lista (enumeración de personas o cosas) dicen "listado" (que está incluido en un lista y, también, vestido u otro objeto que tiene listas, entendiéndose por listas, líneas estampadas).
Llaman "regata" a la carrera de automóviles, cuando, en términos de competición deportiva, regata se aplica solo a canoas, lanchas y otras embarcaciones. Asimismo, se oye decir a cada rato que en tal o cual hospital faltan "insumos".No entiende qué quieren decir, porque según el DRAE el único significado que tiene insumo es, en Economía, "conjunto de bienes empleados en la producción". Creo que confunden "insumos" con enseres, cuyo significado incluye, además de muebles y otras cosas de uso doméstico, utensilios e instrumentos necesarios para el ejercicio de una profesión. Por otra parte, no saben diferenciar entre parada y desfile, y tampoco saben que no es lo mismo indostano que indio o hindú. Y dicen "radial" cuando deben decir radiofónico, ca, porque no entienden que éste y no aquél es el adjetivo que significa "pertinente o relativo a la radio".
Se construyen mal ciertas locuciones prepositivas: no es "en base a" "ni bajo la base de" como debe decirse, sino con base en o sobre la base de. Tampoco es "en relación a", sino en relación con o con relación a; ni "de acuerdo a", sino de acuerdo con. De parecida naturaleza errónea es la frase "Deja mucho que decir", deformación de da mucho que decir y de "deja mucho que desear". Y "si mal no me equivoco" (¡cójame ese trompo en la uña!) es uno de los frecuentes desaciertos idiomáticos de algunos contertulios de la radio y la televisión.
Con respecto a las locuciones adverbiales "a diestro y siniestro" y a "diestra y siniestra", debe entenderse que no tienen el mismo significado y, por tanto, no deben emplearse indistintamente. Aquella está en el DRAE desde hace más de dos siglos, y significa "sin tino, sin orden, sin discresión". Tiene el mismo significado de "sin ton ni son" y "a tontas y a locas". La locución "a diestra y siniestra" no aparece en el catálogo oficial de la lengua. Tiene, no obstante, buena formación idiomática, pero no reemplaza a la primera. Podría aceptarse como variante de "a brazo partido".
Hay gente en Panamá enferma de dequísmo: "Pienso de que", "creo de que", "siento de que", "dijo de que". Otros, para evitar un imaginario dequeísmo omiten la preposición de equivocadamente. Dicen, por ejemplo, "No hay duda que", en vez de "No hay duda de que", la expresión correcta.
Enfermos están muchos, también, del que galicado: "Ahora es que viene", en vez de "cuando viene". "Así fue que lo conocí", en vez de "como lo conocí". En ese lugar fue que lo encontraron", en vez de "donde lo encontraron".
Abundan los que no conocen la diferencia entre "debe" y "debe de": "Hoy debe llegar" (señala obligación). "Hoy debe de llegar" (denota posibilidad). Y hay por ahí un "la cual" que me golpea cada vez que lo oigo -que es a cada rato-, donde por elemental sentido de concordancia corresponde "el cual", por ejemplo, "Este es el motivo por La ( ) cual pido su intervención".
Por último, he perdido la cuenta de las veces que he llamado la atención sobre la frase "jugar un papel o rol". Debo insistir: Un papel o rol, en términos castizos, no se juega. Se desempeña, se hace, se tiene, se representa, en el sentido que las palabras papel y rol tienen de cargo o función que alguien o algo cumple en alguna situación o en la vida. He dejado en el tintero incorrecciones de lenguaje que me propongo comentar próximamente.

*El autor es miembro correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua.